domingo, 31 de mayo de 2009

ABISMAL

Hace muchos años un hombre llegó al borde de un abismo insondable y se preguntó, después de caminar días, semanas, ya perdida la noción del tiempo:
¿Acaso soy menor que los gorriones que revoloteaban a la entrada de la cueva o que los murciélagos que nos cagaban encima? Seguro que yo también puedo volar y alcanzar esas nubes bajas sobre el abismo.


Pero antes de decidirse a alzar el vuelo le recorrió el estómago una náusea profunda, y lleno de temor se preguntó si todos los seres podrían volar como los pájaros.


Miró a su alrededor y tomó entre sus manos una gran piedra, la más grande que él imaginó próxima a su peso y capaz de levantar tras varios días de ayuno y desesperación, vaciada su bolsa y atravesando lo que parecía un maldito desierto.


Vió la piedra caer, aplomada, incapaz de levantar el vuelo, y perderse abismo abajo tras atravesar las inconsistentes nubes que cubrían la nada.


Entonces se preguntó: ¿y si yo fuera piedra en vez de pájaro?¿y si cayera tan rápido y profundo en el insondable abismo como ella cayó, en vez de planear con unas alas que no poseo, ni siquiera tan pequeñas como las del gorrión?


Un miedo insospechado, él era un gran guerrero, se apoderó de él. Miró a su alrededor nuevamente, pero seguía solo, los dioses no le enviaban señales y de alguna manera entendió que debía tomar una decisión por sí mismo, sin el consejo de la tribu, únicamente guiado por lo que le dictaban sus sentidos.


Y entonces recordó los consejos de sus padres: ¿Nerú, caprichoso Nerú, por qué no dejas de mirar a los gorriones revolotear a la entrada de la cueva y juegas con los demás niños a sortear las cagadas de los murciélagos y agarrarte a las rocas del techo como ellos para demostrar el poderío de tus músculos? Sólo así conseguirás una mujer a quien amar...


Madre, es que a mí no me gusta ese juego. Prefiero ver a los gorriones entrar y salir de la cueva y siempre me pregunto adónde irán.


¿Y adónde van a ir, Nerú, hijo mío, si sólo existe esta cueva donde covijarnos y a la que volver, como hacen ellos, a comer las cagarrutas de los murciélagos?¿acaso crees que si existiera otra cosa mejor ellos iban a volver aquí cada día y no buscarían otro lugar donde vivir...?


Nerú miró otra vez hacia el abismo y pensó en el ridículo que haría si volviera a la cueva. Le había dicho a Liria que ya no soportaba su hedor después de aventurarse unos metros afuera y olfatear las flores y las piedras bruñidas por el sol. Ya no podía soportar ni deseaba para ella la humedad y la mierda que envolvía sus vidas.


Volveré a por ti. Buscaré un lugar más hermoso donde podamos amarnos sin toda esta basura y nuestros hijos nacerán bajo el sol, al amparo de su calor y del viento que remueve nuestros cabellos. Mi amor, sé que existe un sitio mejor para los dos...


Y se lanzó al vacío, en busca de ese lugar para su amada.




viernes, 29 de mayo de 2009

RECTA FINAL

Porque quizá sea éste el último poema que te escribo, antes de olvidarme del Amor, a la deriva, dejándome llevar por la naturaleza que me pide y me apremia un final para mi soledad.

Alguien dijo hace tiempo... ¡pero esa no es forma de acabar un amor...!


Perdone que le interrumpa, pero me temo que ese amor nunca existió, fue tan sólo producto de su imaginación.


Doctor, míreme bien, si fuera sólo un subproducto imaginario, ¿por qué habría de necesitar sus servicios?


Eres un desmadrado, como tantos, sólo algunos patos y ovejas de similar calaña se acercan a mí en esta época otoñal, desorientados, sin saber muy bien si han de seguir a la manada en sus correrías transhumánticas. Lo lógico es que sigan los pasos de los demás.


Pero, doctor, por favor, no me compare con un pato, con una oveja. Le digo que para mí fue como ver la luz primera, salir de la oscuridad, de la caverna, y encontrármela allí: su mirada, su risa, su piel de terciopelo...


Ilusiones, mi amigo, ilusiones alocadas muy propias de la edad. Sobre los cuarenta, ¿verdad?


¿De qué edad me está hablando?¿acaso hay una edad para sentir, para sentirse?¿sabe lo que le digo?me parece que es usted un perfecto gilipollas.


Oiga, le recuerdo que fue usted quien requirió mis servicios, no me falte el respeto.


Petulante mamón hijodeputa, lo que menos imaginó es que además de poder pagarlos no fuera de su clase.


Pero ya que le voy a pagar la consulta me voy a despachar con vuecencia, cornuda y despistada apología del ser, hasta que le broten unas orejas dignas de escuchar a sus pacientes.


¡Oigaaa...!


¡Chitón, comeculos y cerebros fosilizados!


Yo sé que eres un hijoputa intentando ganarse el sueldo, pero también sé que las estrellas titilan ahora mismo en la noche intentando formar en una constelación el rostro de mi amada.


Tan sólo las estrellas podrían recordarlo, porque yo hace tanto tiempo que no me sumerjo en la comisura de sus labios que ya he olvidado su sonrisa.


Hace tanto tiempo que no me miro en sus ojos que parezco un puto ciego atormentado buscando en los espejos el reflejo de su mirada que una vez fue limpia y cristalina como las aguas de una torrentera. Y soñé bañarme en ella.


Maldito mamón hijodeputa, como se te ocurra abrir la boca te voy a meter la palanca de controlar los reflejos hasta el externón. ¡A callar, cabronazo!


Yo no era más que un pringadillo con hijos e hipoteca y una mujer más rancia cada dia... ¿a eso te referías con lo de los cuarenta, pedazo de gilipollas...?


Escuchar su voz, verla, estar a menos de medio metro de ella me ponía de los nervios. ¡Y nada tiene que ver con la puta edad!


Era piromagnética, sentía por ella una atracción total. ¿Qué mierda tenía que ver la diferencia de edad, sus veintitrés años apenas cumplidos?


Era una cuestión bioquímica, puramente hormonal. Debimos tener al menos un par de hijos. Y follar, follar, follar hasta quedarnos sin fuelle.


Y es cierto que a mí me daba pena y vergüenza apropiarme de una persona tan joven, hacerla mía, pero es mucho más cierto que mi cobardía y el temor al rechazo decidieron algunas soledades, aunque otras se las buscaron ellas.


¡Ni se te ocurra abrir la boca, pedazo de cabrón, me vas a escuchar toda esta puta hora que te he pagado y que por supuesto será la última que me cobres...!


Ella debía pensar que yo era un tipo con un par de cojones bien puestos y que llegado el momento sería capaz hasta de secuestrarla, así funcionaba su imaginación de princesita encerrada en su torre.


Pero yo nunca quise ser un héroe. Me aburren los héroes. No creo en ellos, ¡no creo en nada...! Suponía que si hacía las cosas con dignidad y un mínimo de decencia, todo debería rodar como un vehículo bien engrasado y puesto a punto, capaz de transportar a sus pasajeros al destino necesario.


Y ahí fue donde me equivoqué.


Porque no se me ocurrió en ningún momento que aquellos a los que había ayudado a hacer los deberes a la salida del colegio, aquellos a los que les había contado, complacidos, mis sueños imposibles, aquellos que esperaban de mí algo para ellos inextricable, me iban a traicionar.


Y vaya si lo hicieron, los muy hijosdeputa, luchando hasta lograr que ella me viera con los ojos del desengaño, convencida de que no nos merecíamos el uno al otro y lo único que íbamos a provocar era caos y destrucción a nuestro paso, en cuanto juntáramos nuestros pies.


Cuántas veces pensé llegarme hasta su casa y postrarme a sus pies y a los de su familia, pero ella nunca me dio motivo. Cuando lo intenté me rechazó y cuando me volvió loco dejé de pensar en ello.


Al margen de mi amor, porque la sigo amando de una manera inexplicable, se comportó conmigo como una hija de la gran puta y utilizó sus influencias laborales para sumirme en el terror y la tortura más ignominiosa.


Puede ser que ella piense otra cosa: un buena labor de salvación y de supervivencia, descansa vivo en paz, amado mío, pero si no fuera por ese inexplicable amor que aún siento por ella, hace tiempo que la habría matado.


¡¡Cállate, hijodeputa, que pago yo...!!




miércoles, 27 de mayo de 2009

MEMORRESISTENCIA

Dicen que son las "gigantestas" memorresistencias magnéticas bipolares las que nos van a condecer una capacidad de memoria prácticamente infinita, una vez empleados los minerales adecuados y mezclados con biosustancias con base de carbono a niveles nanotecnológicos. Ya hablan de terabytes: miles de gigabytes a precio de risa, destinados a los discos duros de nuestros juguetes electrónicos.

Dicen que el coltrán es sólo el principio de esa minería interminable y que es cuestión de años que la existencia de naves extraplanetarias a la búsqueda de nuevos minerales sea una provechosa realidad mercantil.


Y todo eso para almacenar memoria, memoria colectiva: música, fotos, películas que quedarán fijadas por un tiempo indefinido en las moléculas biomagnéticas de un soporte informático.


¿Alguien sabe cuántos terabytes se necesitarían para almacenar la vida de un sólo individuo con un promedio vital actualizado y que muera de manera natural, sin accidentes ni enfermedades precoces?


Es más, sabiendo que en realidad somos unidades de carbono y que en nuestro cerebro coexisten junto a él todos los minerales del universo, pues formamos un ente que ha tenido que aprovecharlo todo para llegar a comprender al mismo, para llegar a comprender que forma parte de él y que además es su máxima expresión, ¿podríamos averiguar cuántos terabytes de memoria disponible habitan nuestro ser?


Y una vez averiguado, ¿nos serviría para algo? Una vez conscientes de toda nuestra capacidad de memoria, ¿nos serviría por ejemplo para no tropezar dos veces en la misma piedra?


¿Qué provecho sacamos con que se maten un montón de gente -ya llegan al millón- en el Congo para conseguir el memorable coltrán que proporciona a nuestros teléfonos móviles un tamaño cada vez más diminuto y una capacidad de comunicación planetaria si al final no tenemos nada que contar al otro lado de la línea?


¿Cuántos muertos más para poner en órbita esas naves a la búsqueda de nuevos materiales que soporten nuestra necesidad de memoria, cuántas inversiones de dimensiones vergonzosas para alcanzar niveles de comunicación que llevamos implícitos en nuestra propia naturaleza, que de utilizarlos de verdad nos impedirían repetir nuestros errores ancestrales y utilizar la historia, la personal y la colectiva, para avanzar en el sentido correcto, en el logro de una sociedad planetaria respetuosa con las ideas de los demás y equitativa en el reparto de los beneficios conseguidos a través de esa memoria histórica, de ese caudal de sabiduría acumulado desde nuestro despertar al mundo y de nuestra consciencia de meros aprendices para llegar a ser, gracias a los maestros, gracias a los que primero fueron?


Todo ese vasallaje que rendimos a los dioses de la ciencia, una religión más, ¿tiene conciencia alguna?


La conciencia del ser, del ser contemporáneo, es un ser sin conciencia.

jueves, 21 de mayo de 2009

UNA DE SEXO

¿Por qué nos bombardean los medios de comunicación constantemente con el reciclaje de la basura, con la separación de unas mierdecillas de otras? ¿Acaso no existen empresas privadas que facturan sus buenos beneficios separando unas mierdas de otras? ¿Alguna vez nos propusieron que si teníamos la paciencia, el arrojo y el espacio para llenar de bolsas nuestras pequeñas cocinas que sólo se llaman americanas aquí, porque en norteamérica las cocinas son tan grandes como todo nuestro hipotecado piso, nos libraríamos de pagar al ayuntamiento la recogida de basuras? ¿Por qué ese empeño en que trabajemos gratis para las empresas recolectoras de mierda, acaso piensan que somos incluso más imbéciles de lo que normalmente nos creen?...

¿Quién no recuerda aquel amigo que jamás se corrió despierto hasta que llegó una hembra a sobarle los cojones? ¿Quién no recuerda aquella estúpida que sólo imaginaba correrse cuando alguien se le corría encima y en su puta vida alcanzó un orgasmo? ¿Quién puede olvidar y no avergonzarse de ser creyente cuando te cuentan que un alto porcentaje de curas y monjas de este y otro cercano país (porque nunca hemos sido de menos para nada) ultrajaban y daban por el culo a niños y niñas en edad de hacer la primera comunión?


¿Cuantos mamoncetes y mamononas de aquellos años circulan por las noches de este país, desamarrados de un catre maloliente donde el sexo es algo prohibido y el deseo una aberración que superar? ¿Cuántos de esos castrados educan unos hijos que llegaron en una etapa de paroxismo creativo, ajenos al amor y al goce de dos pieles unidas en una misma sinfonía?


¿Cuánta hipocresía más hace falta para agrietar la presa que nos contiene y clamar por una sociedad mejor, donde la pareja y el chantaje de tu pareja no sean el vía crucis de nuestro diario caminar?


¿Cuánta basura más, cuántos contenedores de muertos y cuántas vidas arruinadas en la soledad de las alcobas o en en los patios de luces o en la puta calle para que dejemos de reciclar lo irreciclable a no ser que nos auguren un destino más limpio y sin pagar ni un puto euro?


¿Cuándo? Y sobre todo, ¿hasta cuando?...

martes, 19 de mayo de 2009

QUIEN SE PICA AJOS COME

Puede ser que algien piense: escribió todo esto porque mucho sufrió.
Pues les diría que están equivocados: sobre todo lo escribo porque me sale de los cojones.

Podría no escribirlo, podría dejar de volcar en el papel (abstracto soporte imaginario), las impresiones que me deja la vida, a quién le importaría.

Pero da la puta casualidad de que los escritores (reconocidos, proscritos, triunfadores o necios charlatanes) necesitamos dejar huella de nuestros pensamientos.

Y puestos a pensar, para qué hablar de la política internacional diseñada para unos pocos o de la necia servidumbre de escribir para mantener los niveles de audiencia (con tanto sordo que se va directamente a las páginas deportivas) en los periódicos.

Echémosle pues, en esta noche de inspirada sinceridad, una mirada reflexiva al porqué:

Escribo para inmortalizarme.

Escribo para joder a los ganadores.

Escribo para relajarme.

Escribo porque me sale de los cojones.

Escribo contra la muerte.

Escribo contra esta vida.

Escribo contra la suerte.

Escribo pa dar envidia.

Escribo para joderte.

Y escribo, sobre todo, porque sé hacerlo y porque puedo, y porque me remueve las pelotillas del ombligo y porque sé como hacerlo para inquietar a tus babosos huevecillos ocultos en la cueva, pedazo de vampiro. Quizá algunos de ellos no sobrevivan a palabras tan vivas, tan de ardorosa esencia entrometidas.

Escribo para que te dé un cáncer de próstata antes de defecar más hijos por el mundo, escribo para que no sobrepases el prepucio, para volverte loco y añejo antes de que lo hagan tus vinos de reserva, escribo para que te jodas y me leas, mamoncete sin escrúpulos pero tan mártir de ser, de no llegar a ser, como los mausoleos de tu infame familia jamás homologable y nunca perdonada.

Escribo para robarte la paz, para robarte el sueño, escribo porque soy un puto arrogante que jamás te rogará más que tu aburrido tiempo para leerme, masoquista, para hundirme cual ciénaga en tu asquerosa y miserable vida de comedia.

Escribo la tragedia de tu patético escenario. Eurípides no me Sofocles que te Esquilo.

Y mucha, mucha, infinita mierda.

lunes, 18 de mayo de 2009

A BENEDETTI

Ha muerto Mario Benedetti, poeta universal. Ha muerto preguntándose por qué fue encasillado en ese género, por qué el resto de su obra literaria carece de importancia para la humanidad.
Su capacidad de síntesis, su simbología social lo elevó a las cumbres de una sencillez interpretativa que empataba con la izquierda pensadora y la sensibilidad de las masas en lucha.

Ha muerto un poeta del pueblo que en su delirio creativo intentó alcanzar cotas inexpugnables para él.

La búsqueda del artista total, renacentista, lleva a veces a recorrer caminos de frustración para uno mismo y de ridiculez para un observador objetivo. La prosa enriquecida que buscaba en sus narraciones y ensayos se encontraba latente y sumergida en todos sus poemas: una poesía prosaica que superó con creces la subjetiva, compleja e incomprensible a veces poesía de muchos de sus contemporáneos.

Muera feliz, por tanto, aunque no haya llegado a alcanzar las metas que en vida se propuso y en cambio haya alcanzado otras, casi sin darse cuenta, que han de salvarlo del olvido.

No existe mayor mérito que expresar una idea o contar una historia con el mínimo de herramientas posibles.

La novela contemporánea, con todo su despliegue arquitectónico y sus horas o años de investigación a cuestas, no cuenta más que un poema bien hecho y se olvida primero.

Tan sólo lo supera en el divertimento. Seguir la trama de una historia a través de quinientas o seiscientas páginas resulta gratificante porque nos entretiene durante algunos días o semanas.

Y además se puede vivir de ello, lo cual confiere al novelista la imagen del triunfador que ha logrado vivir de hacer lo que desea, que ha conseguido alcanzar esa meta tan ardua y singular que consiste en trabajar amando tu trabajo.

Por eso no es tan poco frecuente intentar las dos cosas. Algunos novelistas consiguen que su prosa, que su libro, sea un extenso poema narrativo. Y entonces también se salvan del olvido.

Mario, gracias por estar ahí. Buen trabajo y descansa en paz.

viernes, 15 de mayo de 2009

EN EL DÍA DE HOY

Informe preliminar:




En el día de hoy, considerando que el sujeto, tras casi nueve años de tratamiento dentro de los diez estipulados por la policía psiquiátrica para su posible reinserción, no presenta síntomas de recuperación, recomendamos la inmediata finalización del plan y la devolución de su libre albedrío para evitar males mayores, ajenos a nuestra responsabilidad como meros ejecutores programáticos, pero a la vez basándonos en las siguientes consideraciones muy a tener en cuenta para otros posibles fracasos metodológicos:





a/ El sujeto siempre fue consciente, desde la primera intervención, de que le estaban inoculando un cóctel de drogas psicotrópicas y neurolépticas en el organismo sin su consentimiento, con la intención de deprimir su estado de ánimo y variar su percepción del mundo.





b/ El sujeto, ya en el primer año de tratamiento, dio cuenta a nuestros agentes de campo de saber que lo estaban manipulando y que podía utilizar esa tortura que le infligían, que incluso le impedía dormir, a favor de sí mismo, en lugar de creerse esquizofrénico, finalidad ésta que persigue el programa para provocar el terror y la total entrega del sujeto como "paciente".





c/ El sujeto, una vez incapacitado por nosotros para la vida laboral y desvinculado de todo contacto emocional con familia y amigos, pidió ayuda legal al cabo de cinco años a su abogado local para librarse del tratamiento. Ayuda que se le denegó por connivencia del bufete con la policía psiquiátrica.





d/ El sujeto, una vez capacitado para el retorno y siempre consciente de que nuestra red se extendía a nivel nacional, conocimiento directo que tenemos por revelaciones de agentes foráneos, se instaló en una posición privilegiada para esperar nuestra respuesta.





e/ El sujeto intenta, al cabo de siete años y pico, el acercamiento y la recuperación de su propia vida y su libre albedrío. Ante nuestra negativa a suspender el tratamiento, utiliza por primera vez la vía violenta para presionarnos, tras una tentativa del equipo local de coerción por sobredosis, y es en todo momento consciente de que le están inyectando esas drogas y manipulándolo para que elija un determinado camino.





f/ El sujeto, superada la etapa de suicidio o incriminación delictiva y recuperada casi totalmente la consciencia debido a la reducción protocolaria en los niveles de administración de fármacos, demuestra unas coordenadas mentales muy difíciles de evaluar, que tanto pueden desencadenar más violencia como la decisión de utilizar la vía legal con algún bufete desafecto a nuestros principios.





g/ El sujeto, en definitiva, requiere de una intervención extraprotocolaria o de su inminente liberación, a sabiendas de que ello conllevaría la no reinserción laboral ni familiar y el fracaso total de nuestro programa.





h/ La reacción del sujeto ante cualquier determinación nuestra es totalmente imprevisible, representa un peligro potencial para nuestro proyecto y si requieren mi opinión les propondría freírle el cerebro para toda su puta vida. Daños colaterales.





i/ Una última advertencia: conoce todos los nombres de los implicados originales y sucesivos a lo largo de estos nueve años, los cuales ha enviado con abundante documentación en sendas copias a su abogado y a su hijo, y además ha publicado en internet nuestro programa completo, todos nuestros métodos y actividades.

A la espera de una respuesta le saluda muy atentamente,

- ¡¡Ramírez, véngase para acá, me gustaría saber qué cojones ha pasado aquí...!!



martes, 12 de mayo de 2009

A UN INMUERTO

En el día siguiente a la muerte de un trovador y drogadicto reconocido, tan popular y especial como una mirada a su mundo y a su persona, desde el total desconocimiento de la segunda y con un profundo intento de aproximación al primero.

Estar muerto carece de importancia. La nada, alcanzar la nada, resulta tan patéticamente indescifrable como llegar a ser.

Lo realmente jodido no es estar muerto, sino que te den por muerto. Que te den por muerto antes de llegar a estarlo, antes de llegar a esa nadería que es la nada.

Suenan y resuenan las campanas por un trovador que nos dejó su impronta, su pensamiento en los intersticios de nuestra sordera comunal descomunal. Hablo de Antonio Vega, un hombre.

Las mejores letras, la voz inalcanzable, los sesgos de una guitarra que intenta acomodarse a su sabiduría y que en conjunto convierten a un ser de nuestro mundo en un ente galáctico, envidiable para algunos e irrepetible para la mayoría de aquellos que han seguido de cerca su forma de contar, de estar y compartir su vida y su experiencia con nosotros.

Lo realmente jodido es que te den por muerto. Nacha Pop no es la suma de la chica de ayer en una esquina cualquiera a décimas de segundo de una lucha de titanes.

Nacha Pop es la suma de muchas borracheras, colocones de variada esencia y salidas de tono en el ser y el estar de sus contribuyentes. No se puede contar cosas de otro mundo sin salirse de éste. No se puede ser tan genial si dedicas tus horas a colocar ladrillo sobre ladrillo para edificar la puta casa de tu vecino.

La poesía abstracta, esa que te cuenta una historia completa con una docena de frases bien escritas, requiere un intelecto capaz de ensimismarse en la más compleja simplicidad de nuestra memoria génica, en la más sincera resolución de nuestras incógnitas primigenias.

Y eso sólo se consigue despojándose de nuestras máscaras, de nuestro infortunado aprendizaje en una sociedad hipócrita y malsana, mediante drogas que te hagan alcanzar el subconsciente y por tanto la capacidad de comunicar en directo, al margen de las consignas mediáticas del Sistema.

Para ser genial hay que pagar un precio. A veces demasiado alto. Pero lo más jodido es que te den por muerto. Antes de estarlo. Simplemente porque no formas parte del conjunto sociológico de tu especie. Simplemente porque no deseas formar parte de él. Simplemente porque prefieres volar y ver cómo se mece tu cadáver en el puto río de los espaldas mojadas, de los aventureros que sueñan con llegar impolutos al mar.

Salud y buen viaje...