martes, 25 de enero de 2011

AL SALIR DEL SUEÑO

Maldita sea, Rosa, cómo me sacas del sueño para no encajar un segundo de realidad. Qué fue lo que viste, qué te despertó en plena noche para que me hicieras modelar en palabras toda esta mierda que te conmovió y te alteró el sueño, el tuyo y el mío, sólo estoy aquí porque tu sueño era también el mío, como buenos amantes sincronizados que somos y nos despertamos en el mismo momento, sin respuestas porque no había ni siquiera preguntas que supiéramos hacer.
Es como una hondanada , un vacío para rellenar, más allá de las vacas locas, "humanamente"abocadas hacia una especie de espantosa violación de su capacidad energética, tras pasar por el canivalismo y la consecuente transformación de hervíboros en carnívoros y después las dioxinas alemanas que simplemente sustituían grasas animales por industriales con el consabido regocijo pecuniario de sus dueños. Envenenadores globales.


Sé que me querías contar algo, pero no alcanzo a comprenderlo, porque estas cosas por desgracia ya no pillan a nadie por sorpresa y casi nunca merecen un estado de alerta en los despachos gubernamentales, al menos hasta que llegan a zonas fronterizas.


Lo que sí se me ocurre, y ya que estoy desvelado por tus preocupaciones, es cagarme en la puta madre que los parió y sugerirles que ganen su dinero exponiendo a sus plácidas y reverentes mujeres a comer los piensos que fabrican, sólo con el propósito de observar en sus cachondas orgías hormonales cómo responden a los componentes químicos adquiridos.


Tanto dinero ahorrado para exponer al mundo sus miserias... ¿por qué no prueban con ellas sus productos mientras esnifan toda la coca necesaria para seguir soportándolo, conejitos descarriados? Hijosdeputa del mundo uníos, que algo quedará, puede ser que una buena cornada en vuestros corruptos y despiadados cojones, bien protegidos por la legislación vigente.


A joder, que son dos días...


Pero sigo pensando que no me deperté para una obviedad semejante, y además del dominio público.


Hay algo más, Rosa, que como surgido de un sueño, no acaba de materializarse...de alcanzar la plena realidad.


Y como de un sueño...al despertar, se me ha escapado...

Me ocultas algo, Rosa, algo más por llegar que te inquieta y no soy capaz de percibir. Mi amor, ojalá que no nos coman las ratas y podamos seguir así: indagando el vacío, cubriéndolo de amor mientras nos dejen, nos dejen tan sólo aliento para respirar y seguir inventando nuevos mundos donde llegar a ser, incluso sin respiro.