miércoles, 14 de enero de 2015

EN CORTO

 



 


El tiempo se me cifra

En códigos de ausencia.

Busco tras los minutos

El rastro de tus pasos.

Tu mirada es la esfera

En que giran mis horas.

Eres el horizonte

Donde se precipitan

Mis noches ateridas

De frío aterrador.

Sima eres al fin,

No camino, no huida,

No habitable lugar

Donde arribar mi sueño.

2-

Mis mejores poemas:

Los que nunca escribí:

Sobre la piel,

Hacia los horizontes,

A lomos de las olas

En el sangrante atardecer.

Mis mejores poemas:

Navegándote,

Asomado a tu abismo,

Sintiendo,

Sintiéndote...

3-

Ojalá hubiera comprado

Una grabadora el día

Que mi padre me dijo

En su lecho de muerte

De un maldito hospital:

Quiero contarlo todo.

Yo estaba entonces

Demasiado ocupado

En no enterarme

De nadie ni de nada.

Gilipollas, podías

Haberlo dicho antes

O haberte muerto

Un poco más tarde.

4-

Si pudiéramos llegar

Donde empieza el camino...

Si supiéramos borrar

Con huellas nuevas

Aquéllas en el barro...

Caminos tantos hay...

Pero inventarlos nuevos,

Viejos exploradores

Con mochila ligera,

Equipaje de sueños...

Sería tan fácil contigo

Llegar, fluir...

Amar de nuevo.

5-

Un nuevo día nace

Y nace en ti

Porque en ti pienso

Mi nuevo amanecer.

No te he soñado aún

Porque no estás

Aún dentro de mi sueño.

Sólo despiértame...

6-

Me robaron el alma,

Yo sé bien qué paso,

Me robaron el alma

Y mi cuerpo se fue

En su busca,

Hacia el aire,

Espirales de viento,

Y nunca regresó.

7-

Y mientras tú vivías

Desvivía yo parte

De lo mío vivido

Para alcanzar así,

Tierno brote de abril,

El preciso equilibrio.

8-

Nuestras vidas

son cruces de caminos

que hayan posada a veces

al calor de otros brazos

chimenea y las pieles ateridas

olvidan que es invierno

y lucen con un brillo

de insólita ternura.

9-

Vísteme de palabras,

Disfraza mi cordura

Pero antes me matarás

Que verme muerto.

Caminaré despacio

Entre los hombres

Y leve como sombra

Me arrimaré a sus miedos.

Si han de saber me mí

Será por lo que nunca dije.

Amarles, amar la vida toda

Como un presentimiento,

Como algo que ha de llegar

Un día u otro.

Al fin, sin envolturas,

Sólo abierto a la luz

Como una orilla.

Y tú me esperarás

Al otro lado

10-

¿Queréis oírme cantar?

Matadme poco a poco

Sólo muriendo canto

Morded mi yugular

Gota a gota mi sangre

Tapiadme los cojones

Disparadme al estómago

Derramadme despacio

Así os iré diciendo

Que nunca timonel

Que nunca solución

Que no existe mi canto

Si no existís vosotros

Sin vuestro propio canto

Tomároslo despacio

No apuréis la sangría

Dejadme un huevo al aire

Despojadme de vísceras

Sólo muy poco a poco

Sin apurar el llanto

Podréis seguir oyendo

Mi canto, vuestro canto.

11-

Y si queréis saber

El pronóstico del tiempo

Los resultados de las quinielas

Qué se llevará el próximo otoño

Si vuestra mujer os la pega con otro

Si vuestro hijo será lo que no fuisteis

O cuando se os irá la regla

Preguntádmelo a mí

Os prometo estar aquí

Al pie del cañón

Para mandaros a tomar por el culo

Gilipollas

Acaso no os dais cuenta

De que hay cosas mucho más importantes

En esta puta vida

Como mandar al jefe a la mierda

Volar con los cañones

No prometer nada

Ni preguntar más que respuestas

De las reglas ni hablemos

Dejad que vuestros hijos sean

Lo que puedan llegar a ser

Permitid que vuestras mujeres

Follen y sean felices

Con lo que no les podéis dar

Colgad de vuestra solapa

Una hoja seca

Pintada de colores

En el próximo otoño

Jugad con barquitos de papel

En el estanque de Serrat

Y mojaros bajo la lluvia

Desnudos

Como al principio

De los tiempos...

¿cuándo espabilaréis

mamoncetes incautos?

12-

Ser mayor

No es que te digan un día

No vuelva usted mañana

Le ha llegado la hora de la jubilación

Ser mayor

Es contemplar a dos muchachas

Paseando de la mano

Por la orilla del mar

Riendo confidencias

Y pensar

Os vais a enamorar del mismo hombre

La vais a cagar bien

Ser un viejo es pensar

Verás como al final

La cagarán los tres.

13-

Me he despertado esta mañana

con un poema en los labios.

Lo he recogido con mis dedos

y...¡¡sorpresaaaa, era tuyo!!...

Me llegan oleadas de ternura

de tus brazos de viento,

remueves los juncales,

corolario de amor que en la distancia

polinizas la flor de mi deseo

y esparces el aroma de tus fuentes

cantarinas hasta inundar mi pecho.

Suena tu voz y ya eres melodía,

te nombro y estás aquí, en mí, mi amiga.

14-

Hay una tumba abierta

En cada hombre que regresa del olvido

De donde los caminos pierden el horizonte

De donde los abrazos desconocen la ausencia

Porque ya ni se esperan

Hay una tumba abierta en su mirada

Donde antes la vida lucha, el amor llama

Reflejo incandescente sus pupilas

Y es preciso no sólo hollar la orilla

Sino llegar hasta la tierra fértil

Traspasar las arenas y los espejismos

Hasta alcanzar el surco

Donde sembrar nuevas semillas

Que fecundar en una primavera promisoria

Este es el nuevo hombre por todos esperado

Quien de nuevo regresa anhelándolo todo

Lo que habiendo vivido jamás tuvo en sus manos

15

Marcada a fuego lento por tus besos

Mi piel deshoja a tiras

La margarita de tu ausencia

¿cuándo llegas, amor?

Pregunta al eco de tus pasos

Que aún resuenan en casa

Al aroma de tu cuerpo

Que aún reposa en la cama

Al brillo de tus ojos

Grabado para siempre

En el fondo de mi alma

¿cuándo llegas, amor?

Susurra el viento

Al rojo filo del acantilado

Tu amor hecho canción

Que nace de tus manos

Al fondo un oleaje de ternura

Meciendo nuestro abrazo

Nacimos de la mar

Marineros sin tierra

Y en ti busco la mar

¿cariño, cuándo llegas?

16-

Nos hacen responsables

De nuestro propio rostro

Cuando pasan los años...

¿y la caricia aquella que esperamos?

¿y la traición de aquel amor

que eterno lo soñamos?

¿y los días en gris bajo un cielo dorado?

Se nos quiebran los años

Como arrugas del tiempo

En busca de otro rostro

Que llevar a las manos.

17

De quienes somos así

De esta manera

Que no sabemos estar

En ningún sitio

Sabiendo estar en todos

Porque en todos los sitios

Y a sabiendas

Deseamos estar

Aunque no estemos

18-

 
 


LADRONES DE HADRONES



La energía es una manifestación de la materia o viceversa.

Sin embargo la materia parece acabarse, erosionada por los vientos, el agua , la tierra, el fuego, el amor... sus elementos.

Nos queda la energía, transformemos esa energía inagotable en otros materiales con que crear nuevas fuentes para renovar el agua, el aire, la tierra, el amor...la materia, también transformable y siempre inagotable.

Materia oscura, energía oscura. Dos manifestaciones de un mismo principio, tras el bosón de Higg y la mejora de los aceleradores de hadrones continuaremos encontrando nuevas partículas subatómicos, lo mismo que seguiremos encontrando nuevos astros y fenómenos astronómicos en el cielo.

Pero gastarse 2000 millones de euros en un acelerador de partículas que siempre exigirá otro mayor para demostrar una nueva teoría cuántica, nos deja un poco en pelotas cuando la prioridad es acabar con el hambre y la miseria de los seres humanos...

La aventura marciana seguro que costó un pastón también, no tengo datos, achatarramiento de los sietes minutos de terror, seguro que nos cuentan cualquier cosa.

La investigación científica es una aventura maravillosa, pero nunca olvidemos que la verdadera maravilla somos nosotros, los seres humanos, sin distinción de clases ni ubicaciones más o menos desafortunadas…

MINERALMENTE


 

Ser no ser nada cuesta, no cuesta no ser nada, no ser nadie.

Se nos caen los archivos del programa en velocidad punta.

Inejecutables del disco duro que se pasó de vueltas.

La memoria se engancha y paraliza miembros y retinas.

Si pudiéramos llegar hasta aquel reset de inalcanzable estatus.

Pero no quedan fuerzas para ser y salir del estand bay.

Maquinitas de carne varadas en remotas playas de silicio.

Somos nadie en un mundo raro, ajeno y desolado.

No preguntes si algún puerto vacío para llegar a ser.

Ni siquiera sabemos si el uesebe trae o lleva a la gente.

Es como si siempre el silencio y ni el susurro del ventilador.

La música del metro y el trotar de las estaciones y de los aeropuertos.

Tan lejanos, no quedan viajeros hacia ninguna parte.

Sólo zombis maquillados girando en la unidad de cederrom.

Si algún día llegamos a destino será electrificados.

Es posible otro mundo donde ser pura esencia.

Electroquímica en sistemas minerales autoprogramados.

Sin cuerpo, sin miserias, tan sólo luz, tan sólo pensamiento.

La memoria comprimida en un latido de pura eternidad.

Quizá seamos entonces, sin que nos cueste nada.

CUÁNTICO AMOR



Aún le quedaban dos largos de piscina. Pero algo estaba fallando allí dentro, en su interior. La última vuelta le había costado demasiado y un ligero dolor comenzaba a instalarse en su pecho y recorrerle el brazo izquierdo.
No era su primer infarto, pero allí en el agua, a mitad de camino, en el maldito centro de la piscina, sintió pánico.
El nanorobot recibió los mensajes químicos y comenzó a desarrollar su programa de emergencia. Liberó diez millones de nanomoléculas de adrenalina en sangre, a través de la aorta, y cinco de nitroglicerina inyectados directamente en el miocardio. La reacción no se hizo esperar: la bomba comenzó a funcionar, aunque un tanto asimétrica, el sístole parecía marchar a un ritmo indefinible, incapaz de acompañar al diástole.
Eva, doctora en biología molecular y especialista en tecnología nanométrica con master cum laude por la universidad de Harvard, imaginaba el trabajo de su pequeño compañero pero era consciente de que algo seguía mal.
Recordó las indicaciones del día anterior, el bombardeo con células madre cardioproyectadas que había ordenado a Billy, su nanorobot, en una zona ventricular ligeramente dañada tras la operación de cáncer de esófago que había sufrido meses atrás, en la que por cierto se lo habían extirpado satisfactoriamente. Al imbécil del cirujano, sin embargo, se le había ido la mano. Pero eso ya era historia pasada y ni siquiera lo habían advertido en los chequeos del postoperatorio.
Fue investigando unas nuevas enzimas antioxidantes con las que dotar a Billy para ayudarle a prolongar la vida de su corazón, cuando éste la informó, mediante una alerta roja en su retina, del minúsculo corte, seguramente de bisturí, casi un puntito insignificante que había cicatrizado pero a la vez formado alrededor una corteza de tejido arrugado y preocupante como una costura mal hecha en una camisa.
De modo que esa misma noche, mientras dormía, Billy había estado trabajando en la eliminación del costurón y su posterior reemplazo con hermosas células madre propiedad de su dueña y señora, la doctora Eva.
El nanorobot estaba dotado de inteligencia artificial y capacidad de aprendizaje. Aquellos dos años controlando el perfecto funcionamiento de su corazón, le habían enseñado los misteriosos giros y cambios de velocidad que el músculo se ve obligado a afrontar a causa de las más extrañas emociones. No sólo había acompañado a su dueña aportando las dosis químicas necesarias en los esfuerzos fisiológicos deportivos, como los diez largos de piscina diarios, o en los cambios de ritmo motivados por la euforia de algún experimento triunfal, sino también en situaciones un tanto extrañas, inexplicables para él al principio, cuando se encontraba en compañía de un hombre en especial.
Y por alguna razón, desde hacía algún tiempo no le parecía nada bien. Aquel corazón era su morada, vivía y se desvivía por él, y de alguna manera sentía que algo, o alguien, se lo estaba arrebatando.
De modo que a la vez que realizaba las órdenes señaladas, se le había ocurrido la idea de castigar a su infiel portadora con una simulación de infarto cada vez que su corazón se disparara ante la presencia de John.
Tras varias semanas de insistencia, Eva le había convencido para que esa mañana nadara con ella en la piscina.
Cuando el hombre la recogió del fondo ya estaba muerta. Unos ojos de sorpresa lo miraban desde un fondo inescrutable. En su pupila derecha aún titilaba un minúsculo y enigmático puntito rojo, cada vez más lejano...


SIEMPRE LA PRIMAVERA

SIEMPRE LA PRIMAVERA (A NINA)

Latigazo de luz en la penumbra

Nunca pensé sentirme tan querido

No cuando el invierno acecha de nostalgias

Y la vida parece un leve aleteo de recuerdos

Los pájaros redondos de tu pecho

Aleteando con frenesí a mi alrededor

Sobre la basta oscuridad de la ceguera

Despertando, renovando mi sueño

Y el amor renace soñoliento

Como animal tras la hibernada

En la dura caverna del silencio

La nieve se derrite y cede el paso

A una nueva lección primaveral:

Siempre la primavera mientras estemos vivos

Mientras estemos vivos somos los inmortales

Gracias por tu luz y por tu anhelo.

CUESTIÓN DE CONCIENCIAS




La conciencia crítica, esa que a veces nos quita el sueño pero siempre nos impulsa a soñar otras realidades posibles, descansa sobre la ingenuidad del hombre para desarrollar utopías intelectuales y sobre la magia que le faculta para imaginar mundos desconocidos y buscar sensaciones puramente instintivas.

El reformismo político (ya no digamos el conservadurismo) excluye la contestación extraparlamentaria y disocia la integridad de la conciencia humana en aras de una practicidad supuestamente beneficiosa para la sociedad. La transforma en un elemento racionalizador de la existencia, destinado a unificar y dirigir los esfuerzos individuales hacia metas socializadas, de las que en realidad sólo se benefician unos pocos.

El hombre desaparece como unidad biológica y se transforma en consumidor uniformado, al igual que en los regímenes totalitarios se transformaba en engranaje proletario de la maquinaria del sistema o en paria esclavizado de la oligarquía de turno, según el color de la bandera.

Las democracias occidentales no generan utopías ni sensaciones, sino tan sólo comodidad y una falsa impresión de seguridad. Han adormecido, cuando no reprimido, la conciencia ingenua y la conciencia mágica de los ciudadanos.

"Solamente se puede destruir a una gran nación, cuando ella misma se ha destruido primero interiormente". Con esta frase termina la película "La caída del Imperio Romano", rodada en pleno apogeo del Imperio USA. Con esta frase termina la realidad de todo imperio.

Antes que yo equivoque mi rumbo será otoño en New York, en Londres, en Madrid, en París... y ya no sonarán los clarinetes de la angustia rogando un mundo sin psiquiatras. Antes, mucho antes que la aurora dicte su sentencia de muerte sobre los adoquines que algunos soñaron de sempiterna arena y ya sólo serán ausencia calcinada en el futuro de quienes lo escribieron con signos de esperanza, habrán sonado los acordes del miedo y la venganza.

No quiero muertos. Quiero sueños de espuma navegando las crestas de poderosas olas. Quiero que sepan lo que es perderlo todo cuando todo tuvieron. Quiero que no se sientan protegidos por su propia ceguera. Quiero sentirme yo, también, rompiendo los últimos adoquines de la urgencia. En sus cuerpos socavados de escombros. En sus almas, derramadas por su propia locura. Nunca existirá justificación para el deshaucio de la vida, para dejar de vivir por un decreto.

Pero antes que yo equivoque mi camino ya no habrá primavera. Porque sin saber somos la única urgencia de todos los hospitales. Somos esa pregunta que flota aún en el aire turbio de la mañana triste y sinsentido: ¿Pudimos evitarlo? ¿Podremos evitarlo diariamente sobre las cotidianas y anónimas vidas de quienes festejan hoy la comunión de la desesperanza?...

Antes que yo equivoque mi camino ya no habrá más que uno. No quiero guerras. No deseo medrar con guerra alguna. Sobre las ruinas del mundo se erigen premios arquitectónicos, a la mejor postura fotográfica, cinematográfica, interiorista. Al mejor guión pillado en cuclillas, sobre las excrecencias de la humillación y la sordera. No deseo extenderme. Sabemos demasiado como para explicarlo en unas pocas palabras. Los salones están abiertos. Allá cada cual con su espectáculo.

Yo sólo digo que llegará el otoño a New York y ya no será el mismo. Sobre la ingenuidad, sobre la cuestionable inocencia, sobre los sueños más o menos certeros de los supervivientes, ya no florecerá la primavera.

Y no seáis tan ingenuos, y no seáis tan inocentes, y no seáis tan soñadores. No sobre el hambre, la miseria y la desesperanza de vuestros olvidados y siempre anónimos albaceas de vuestro bienestar. Nadie merece el olvido, la vejación, el odio de quienes ayudas a vivir mejor cada mañana. A unas horas de avión, a milisegundos de teléfono móvil u ordenador autárquico.

No volverá la primavera sobre el paisaje pintado con el odio. Un eterno otoño prenderá en los corazones veraniegos de quienes sembraron un implacable invierno sin fecha de caducidad en las mentes de todos los habitantes pensantes del planeta. Y no se os ocurra hablar de guerrasanta, porque tan sólo podemos hablar, críticamente, de ciclos estacionales, temperatura global, poder, miedo y presagios. Sólo podemos hablar de que jamás volveréis a ser los mismos ni puta falta que os hace…

LA CALLADA



Me gustas cuando callas porque lo esperas todo.

Luego vienes diciendo que estaba todo dicho.

Me gustas cuando dices que nunca dices nada.

Nos sorprende la noche con palabras medianas.

Citas hubo y algunas nos sorprendieron juntos.

Nunca mejor palabra que no decirnos nada.

Me jugué la estrategia a una sola llamada.

Dijiste tú estás loco, tanta familia en babia.

Vienes cuando te vas, te vas viniendo.

Azules los ojos de la mujer que amo.

Negro carbón la mujer que esperaba.

Mina, algún socavón la tierra prometida.

No me digas ahora que siempre me esperaste.

Que esperabas acaso un dedo en tu chochete.

Que anhelabas la lengua en tu boca reseca.

Maneras y fluidos para saberte amada.

Todo te lo di a ojos y piel sentida.

De tu ser, de tu voz caudalosa simiente.

No me digas ahora que nunca dije nada.

EL ARBOL QUE NOS CIEGA

 
 
 
Ingenuos y mesiánicos nos llaman los calzonbajados currantes ideológicos del putreliberalismo rampante a quienes llevamos desde la prehistoria advirtiendo que salir de la cueva comunal era luchar por el árbol más alto y más fructífero; pero que aun así, si no perdíamos de vista la mirada del otro entre tanta espesura, podríamos compartir frutos y alturas sin luchas fratricidas.

Que nos expliquen por qué seguimos hoy pegándonos de ostias. Que nos expliquen por qué para unos pocos el bosque y para otros el desierto. Que nos expliquen por qué para que los bosquimanos podamos colgar nuestros televisores y nuestros sofás de la rama más alta, otros tienen que comer piedras y vivir al ras del suelo.

El conocimiento científico nos ha permitido aprender a leer para poder interpretar el manual de instrucciones de la máquina con que debíamos trabajar. Y a partir de ahí hemos aprendido otras cosas. Sabemos, gracias al conocimiento científico. Pero por mero accidente. No nos han enseñado a vivir. No nos han enseñado a pensar. No nos han enseñado a ser nosotros mismos. Sólo nos han enseñado a manejar la máquina. Lo demás lo hemos aprendido por nuestra cuenta, con mucho dolor y mucha sangre.

Algo que debieran tener en cuenta estos nuevos fascistas. Y también esos otros que cantan a coro el avance del progreso científico en todas sus versiones adaptadas para progresistas de izquierdas, para los irreconocibles, mimetizados, autoflagelados miembros de la nueva izquierda embaucadora y sin trayectoria posible, a no ser dentro de las gubernamentales organizaciones no gubernamentales.

Olvidan todos ellos que la ciencia no es más que una religión de recambio en las sociedades occidentales. Olvidan que la ciencia deriva miles de millones de dólares anuales a la investigación y desarrollo militar, léase espacial, médico, genético, robótico o cuchipandista, al final tan sólo excusas para seguir recabando presupuestos destinados a matar y reprimir a la gleba, destinados a manipular y dirigir los gustos y las conductas de esa gran masa de potenciales consumidores de los que se valen para generar sus aparentemente ilimitados recursos de creación de bienestar y riqueza, bajo la pretensión de que estar bien es estar cómodamente alineado.

Ya está bien de nadar y guardar la ropa. Ya está bien de mantenerse en el banquillo parlamentario cobrando buenas soldadas y corriéndose de gusto con el reconocimiento de una labor pública. Ya está bien de jugar, como niños en el recreo, a que todo puede ir mejor si sencillamente son ellos quienes se llevan los votos, en una sociedad en que el poder político se ha convertido en aliado y garante del poder económico, a quien rinde total pleitesía porque son los poderosos controladores del dólar quienes mantienen el caudal del río para que puedan seguir comulgando con ruedas de molino.

Un poco de ingenuidad, caballeros. Volvamos a jugar en el recreo, pero a las canicas y a la peonza, incluso a pelearnos pero sin hacernos daño.

Y a modo de lección mesiánica decir que la capacidad del ser humano para equivocarse es ilimitada e irremediable. Mas es de los errores que aprendemos a dar nuevos pasos. La experiencia vital es la única madre reconocida por la sabiduría y a ella únicamente le debe obediencia y respeto. Vivir y equivocaos, nos dice ésta a su vez, en plena interacción, pero también nos dice que esa experiencia, para generar hombres sabios, jamás puede ser manipulada o dirigida.

Sólo del pensamiento libre y del libre albedrío para decidir y actuar en nuestras vidas, se obtiene una experiencia válida y una sabiduría que abre nuestra mente hasta los límites de lo imaginado y el conocimiento real de la memoria histórica, de nuestro potencial para alcanzar otro futuro más digno y compartido.



 

ALGO HABRÁ QUE DECIR



Algo habrá que decir

si hemos nacido,

decir, por ejemplo,

que nos nació el amor,

que nos besó otro cuerpo,

que anduvimos buscándolo

más tarde,

a tientas, medio a oscuras,

para sembrarlo entero

de caricias aéreas;

que la noche fue larga

pero hubo algunas luces,

que nos cegó una estrella

y nos mantuvo errantes,

camino hacia la nada

hasta encontrar quizá,

¿quién sabe de estas cosas?,

el cielo constelado,

la vida enamorada.

Algo habrá que decir

si estamos vivos,

decir que hemos luchado

por un mundo mejor,

por vivir lo soñado;

que el trabajo no pudo

quebrantarnos la voz,

rompernos las espaldas,

con dios, explotadores,

nos han brotado alas.

Decir además

que no estuvimos solos

todo el tiempo,

que tuvimos amigos,

compañeros del alma

que el viento lleva o trae,

viajeros de paso

que habitan la memoria

y siembran la nostalgia.

Y decir al final

que lo hemos hecho todo,

es decir, casi nada,

y un ¡¡viva la eutanasia!!,

morir con dignidad,

algo habrá que decir

si aún no hemos muerto.

SUR O NO SUR

 

 

Todos hemos oído hablar del Sur,

ese paradójico lugar

del que tantos quieren escapar

y al que unos pocos sueñan con llegar...

 

 

Celia me lo dejó bien claro: nunca te enamores de una mujer porque al final puede ser que ella gane algo, pero tú siempre saldrás perdiendo, las mujeres somos así, apostamos a ganador para salir adelante, no nos queda otra, y cuando al pavo se le afloja el futurante adiós si te hemos visto no me acuerdo.

Yo trataba de embaucarla con carantoñas y algún pase de mano, como para hacerle sentir la piel y que no todo es polilla y comegén en la vida, pero ella estaba muy ensimismada en su siento que me jodes la vida o te la jodo yo y no pude disuadirla un poquito. Le dije pero qué importa si dura un buen rato y eres feliz nomás mientras tanto...

Mira, Dany, yo sé que tú juegas a ser un buen tipo y por eso te respeto un poquito más que a los otros, pero sabes que en esto no me puedes ayudar un carajo. Hay leyes que están por encima de los papeles y las jodiendas de abogados y jueces que acá os defienden como sirvientes bien organizados. A mí me tocó nacer del otro lado y vivir en un mundo donde la ley se escribe con sangre en la piel del que no cumple las normas. Y no me estoy preocupando de mi propia piel. Te hablo de otras pieles con mi misma sangre.

Que les jodan, ¿de verdad crees que se van a molestar en ir a por tu familia si te pierden el rastro?

 Por supuesto, no los conoces, es su negocio, irían hasta el fin del mundo, pero no lo necesitan, tienen allá la gente necesaria para que yo siga siendo rentable. Mira, en verdad te digo, aléjate de mí, sólo soy un problema que añadir a tu vida. Te digo esto porque te amo, eres el único hombre que me ha hecho sentir una mujer en este tugurio de mierda. Sólo porque estás loco.

Bien, analicemos mi locura: ¿me llamas loco por estar enamorado de ti como un perro ciego, crees que me voy a quedar impasible y muerto de miedo mientras te mantienen alejada de mí porque has de terminar tu "contrato" y no tengo dinero para cancelarlo? ¿eso es lo que esperas del amor, Celia, eso es lo que has aprendido en tus jodidos treinta años de jinetera revolucionaria?... ¡Joder, eres una licenciada en filosofía, ¿en qué absurda esquina del parnaso te bajaste las bragas para siempre jamás?!

Eres un maldito chiquillo, sabes que me conmueves con tu preocupación pero se acabó el tiempo, ya tienes tu polvito y he de bajar a la barra a por otro cliente. Me vendrían bien un par de ellos esta noche, para cubrir la flojera de ayer, parece que hubo un partido de fútbol importante, pero otras dicen que fue la noche, el menguante, en este país de vencedores le temen a la luna cuando mengua.

Déjame acariciarte un poco más... tu piel es como agua, me recuerda el rocío en las hojas al amanecer, cuando salíamos de caza, mi hermano y yo, ya te he contado, las liebres, los ratones, al final todo lo que se moviera. Aún siento la suavidad del metal, como piel, y de las hojas húmedas en el amanecer... las confundo... tu piel es una más, una extensión de aquello que sentía, y me duele tanto dejar de tocarte, pensar que otros te tocan...

 Dany, Dany, Dany... no sé cómo explicártelo, adoro tu romanticismo, me halaga tu candor... ¡¡pero no eres un puto futurible para mí, no sin graves problemas!! Creo que será mejor que busques otra chica para aliviar tu soledad.

Si no me quisieras no dirías eso... me la quiero jugar por ti, ¿pasa algo? ¿acaso un hombre no tiene derecho a darlo todo por la mujer que ama?

Estás loco, mira, ya llaman a la puerta, ese es el tiempo que nos toca soñar, loco, loquito de mi corazón...

 

Apoyado en la barra del bar, le pido a Luis una cerveza, no quiero irme. Sé que mientras no tenga un nuevo cliente seguirá a mi lado, hablándome del mar, de las caracolas que buscaban para los turistas en inmersiones fugaces, de las ostras que sacaban al mediodía, cuando aún eran púberes felices recolectando en las tranquilas aguas los aperitivos de los turistas tostándose al sol implacable en las hamacas, bajo los parasoles de hojas de palma, descifrando para ellos el sortilegio del molusco crudo repeliendo la lima con un gesto de contracción íntima, dolorosa a su vista. Y luego me contará los saltos pretenciosos de los aborígenes desde el acantilado, y después...

¿Tú de qué coño vas, asturiano? Aquí se viene a follar y dejar la plata. Me parece que te estás equivocando con la Celia.

¿Tú crees? ¿te parece que se la meto de medio lao?

Me parece que confundes meter con poseer. Aquí los únicos que poseemos algo somos nosotros. Te voy a contar una anécdota que le pasó a uno como tú. Venía para acá en su hermoso cochecito y antes de cruzar la entrada le pasó un tractor por encima. Ya sabes, el hombre venía de noche de abonar una finca. Al otro lo sacaron los bomberos de entre los hierros con la mierda hasta las orejas. Tuvo suerte que la cara le quedó así, como de mártir, y su mujer lo pudo reconocer en la nevera.

¿Me estás amenazando, Roger? ¿acaso te permiten perder los papeles con un cliente habitual?

 Sabes que me caes bien, no me lo permitiría si no me hubieran pegado el toque los que mandan. Y para ellos no es nada personal tampoco, sólo vigilan sus inversiones. ¿Tienes nueve mil euros? Eso es lo que debe la chica en este momento. A partir de ahí podemos empezar a hablar.

Y si saco el machete del maletero, podemos hablar de otra manera.

Joer, con el pelao, estás hablando muy fuerte. Y si en vez de atropellarte te dejamos seco de un tiro en el estómago y que lo rumies? Cualquier cuneta es buen para morir.

¿Qué te apuestas, cabronazo, a que me la saco de aquí esta noche y no nos tocáis ni un pelo?

¿En serio crees que se iría contigo sabiendo lo que le espera a su familia en Cuba?

¿¡¡Quieres que te parta la botella en la cabeza, coño madre!!?

Vale, vale, tú sigue así y verás cómo acabas.

 

¡Eh! Qué son esos gestos, ¿ya estás otra vez salvando a tu dama?... Quiero que te vayas, Dany, así no puedo trabajar.

Trabajar con quién, si aquí no hay casi nadie, otras pueden hacerlo.

Necesito el dinero, Dany.

Puedo darte un poco más.

Ufffff... cariño, me estás volviendo loca, es mi trabajo y tú no puedes librarme de él, y aunque pudieras no estoy segura de aceptarlo. Estoy harta de deberles dinero a los hombres, tampoco te lo quiero deber a ti.

Lo dices porque no lo tengo.

No, Dany, lo digo como lo siento. Cuando acabe con esto no quiero deberle nada a un hombre jamás, jamás, ¡jamás!... ¿Lo entiendes?

Yo soy diferente, en mí puedes confiar.

 Sólo porque estás enamorado. Hoy estás enamorado... ¿y mañana? ¿crees que podrás soportar todos los cuerpos que se me echan encima a diario? ¿todas las poyas que pasan por mi boca?

¡¡Calla!!... cómo puedes ser tan cruel...

Mi amor, necesitas un psiquiatra, nunca debiste enamorarte de mí.

El amor es así, como un perro rabioso que se te echa encima y te muerde y a partir de ahí todo es enfermedad y mala sangre y uno quiere morder aunque sea a su puta madre, sobre todo a esa, que nunca lo protegió del perro, ni siquiera le habló de él. Voy al coche a por el machete. Y tú te vienes conmigo.

¡¡Estas loco, loco, borracho, loco, ni se te ocurra Dany!!

 

Salí del local, eché una buena meada sobre el mercedes del jefe, ya le tenía echado el ojo, y abrí el maletero del fiesta para extraer el machete del fondo, debajo de la manta roja que uso como enmoquetado. Es un viejo machete de cortar caña que me traje de uno de mis viajes al sur, un viaje de trabajo que me había dejado cierto rastro de resentimiento con el mundo y conmigo mismo. Quizá tan sólo porque esperaba algo más de él. Pero los viajes son tan sólo eso: itinerarios que uno resuelve con mayor o menor fortuna.

Me lo puse a la espalda, envainado en el forro de tela que mi exmujer me había confeccionado cuando regresamos (¿o quizá fue mi exsuegra?) y entré de nuevo en el puticlub como un arquero de la edad media, sin arco y con sólo una flecha, sólida, bien afilada, de unos setenta centímetros de largo por doce de ancho en la curva delantera, donde rompe la línea para atacar con eficacia el tallo.

 

 Roger era un buen secureta, aplicado en el gimnasio y con cierta mezcla de artista marcial indefinible, pero él mismo me había comentado en una ocasión que ante un arma de esas proporciones lo mejor es salir corriendo. Y eso fue precisamente lo que hizo cuando me vio desenvainar el arma con una mirada de suicida.

Celia no daba crédito a lo que estaba sucediendo, pero cuando la sujeté firme por la cintura mientras blandía el machete cortando el aire entumecido por el humo del tabaco, no opuso resistencia.

Luego me contó que en ese momento le vinieron a la mente ciertas historias infantiles de príncipes azules rescatando princesas de la torre, aunque sabía que en esta ocasión la torre era muy baja, y se dejó llevar como en un vuelo hacia la libertad de la calle suburbial, como en un trance hipnótico, fuera de su razón, embriagada por el gesto heroico del guerrero.

Subimos al fiesta y nos alejamos del lugar sin mediar más palabras que un estás loco, Dany, mi amor, estás loco...