viernes, 29 de abril de 2011

ENSOÑACIÓN

Esta noche he soñado contigo.
Venías de la mano de Jesus, alias machaca, un buen amigo, y has entrado en mi casa, pero él pronto se ha ido.
Nos quedamos a solas y empezamos a reformar habitaciones, todo parecía hecho de papel, como por diseñar, incluso los tabiques.
Nos hemos lanzado algunas miradas como para comprobar el paso del tiempo, tanto que no nos vemos, y luego manos a la obra, aparecían nuevas estancias, borrábamos o reformábamos otras con la simpleza del deseo, como sucede en los sueños, no hacían falta obras de albañilería y ni siquiera deshacerse de los escombros.
Tú me decías mi amor porqué tanto tiempo sin ti y yo te contestaba qué color de pared, te gustan mis muebles o los quemamos y vamos a buscar por ahí en la tienda de los drogadictos o en algún mercadillo del todo a cien.
Tú me preguntabas porqué tanto dolor y tanta ausencia y yo te contestaba quieres colgar mis viejos cuadros o pintamos murales sobre el fondo de tu color hasta el amanecer, hasta el último amanecer de nuestras vidas...
Y así me he desueñado. Lancé mi brazo para evocar, semidespierto, el hueco de tu almohada, buscarte en un abrazo, pero sólo encontré una lisura desértica a mi lado.
Quise dormir de nuevo, hasta alcanzarte, otra vez, pero tu ausencia me mantuvo en un dulce duermevela donde mi realidad y mi anhelo de tenerte a mi lado se confundieron hasta desvelarme por completo.
Y cuando desperté, realmente no estabas...