
Si las cosas llegaban a ese extremo, la bancarrota sería una posibilidad que se habría de tener muy en cuenta.
Y no habría que olvidar las movilizaciones que intentarían forzar al Congreso a declarar ilegal la fabricación de cigarrillos.
-¿Tiene bastante dinero? -dijo Vandemeer.
-Creo que sí -contestó Fitch mientras se preguntaba por enésima vez qué cifra tendría en mente su querida Marlee.
-El Fondo debería estar en buena forma.
-Lo está.
Vandemeer masticó un pequeño pedazo de pollo a la brasa.
-¿Por qué no escoge a nueve jurados y les da un millón de dólares a cada uno? -sugirió Vandemeer riendo, como si el juicio no fuera más que una broma.
-No crea que no lo he pensado. Pero es demasiado arriesgado. Más de uno acabaría entre rejas.
-Era una broma.
-Hay otras maneras.
Vandemeer dejó de sonreir.
-Tenemos que ganar, Fitch. Lo entiende, verdad, tenemos que ganar. No repare en "gastos".
...
John Grisham