sábado, 27 de diciembre de 2008

EL JURADO

Los autores del informe no se habían atrevido a calcular el importe de un millón de sentencias estimatorias. En el peor de los casos las tabacaleras tendrían que enfrentarse con una acción popular, es decir, una demanda colectiva interpuesta por todas aquellas personas que hubieran fumado al menos una vez en la vida y se considerasen por ello lesionadas en sus derechos.
Si las cosas llegaban a ese extremo, la bancarrota sería una posibilidad que se habría de tener muy en cuenta.

Y no habría que olvidar las movilizaciones que intentarían forzar al Congreso a declarar ilegal la fabricación de cigarrillos.

-¿Tiene bastante dinero? -dijo Vandemeer.

-Creo que sí -contestó Fitch mientras se preguntaba por enésima vez qué cifra tendría en mente su querida Marlee.

-El Fondo debería estar en buena forma.

-Lo está.

Vandemeer masticó un pequeño pedazo de pollo a la brasa.

-¿Por qué no escoge a nueve jurados y les da un millón de dólares a cada uno? -sugirió Vandemeer riendo, como si el juicio no fuera más que una broma.

-No crea que no lo he pensado. Pero es demasiado arriesgado. Más de uno acabaría entre rejas.

-Era una broma.

-Hay otras maneras.

Vandemeer dejó de sonreir.

-Tenemos que ganar, Fitch. Lo entiende, verdad, tenemos que ganar. No repare en "gastos".
...

John Grisham