
Los pasadizos del chantaje son oscuros y de un olor nauseabundo. El chantaje adopta formas inhumanas, impensables... inimaginables no, porque la imaginación, como sabemos, es eso que sólo puede superarlo la realidad y os aseguro que lo que os cuento es tan real e inhumano como pueda llegar a serlo el pensamiento:
He visto coños como catedrales góticas disparar misiles balísticos tierra-aire y alcanzar plenamente su destino.
He visto besos como losas pavimentando fríos atardeceres sin una puta noche que llevarse a la luna.
He visto abrazos pulpo sintinopuedovivir anunciado un alba sembrador de insomnios.
He visto amaneceres de marmórea inquietud y huidas bajo la nieve hacia la muerte en los bosques invernales.
He visto morir el amor a manos de los chantajes más viles jamás imaginados. Y he cerrado los ojos.