martes, 12 de mayo de 2009

A UN INMUERTO

En el día siguiente a la muerte de un trovador y drogadicto reconocido, tan popular y especial como una mirada a su mundo y a su persona, desde el total desconocimiento de la segunda y con un profundo intento de aproximación al primero.

Estar muerto carece de importancia. La nada, alcanzar la nada, resulta tan patéticamente indescifrable como llegar a ser.

Lo realmente jodido no es estar muerto, sino que te den por muerto. Que te den por muerto antes de llegar a estarlo, antes de llegar a esa nadería que es la nada.

Suenan y resuenan las campanas por un trovador que nos dejó su impronta, su pensamiento en los intersticios de nuestra sordera comunal descomunal. Hablo de Antonio Vega, un hombre.

Las mejores letras, la voz inalcanzable, los sesgos de una guitarra que intenta acomodarse a su sabiduría y que en conjunto convierten a un ser de nuestro mundo en un ente galáctico, envidiable para algunos e irrepetible para la mayoría de aquellos que han seguido de cerca su forma de contar, de estar y compartir su vida y su experiencia con nosotros.

Lo realmente jodido es que te den por muerto. Nacha Pop no es la suma de la chica de ayer en una esquina cualquiera a décimas de segundo de una lucha de titanes.

Nacha Pop es la suma de muchas borracheras, colocones de variada esencia y salidas de tono en el ser y el estar de sus contribuyentes. No se puede contar cosas de otro mundo sin salirse de éste. No se puede ser tan genial si dedicas tus horas a colocar ladrillo sobre ladrillo para edificar la puta casa de tu vecino.

La poesía abstracta, esa que te cuenta una historia completa con una docena de frases bien escritas, requiere un intelecto capaz de ensimismarse en la más compleja simplicidad de nuestra memoria génica, en la más sincera resolución de nuestras incógnitas primigenias.

Y eso sólo se consigue despojándose de nuestras máscaras, de nuestro infortunado aprendizaje en una sociedad hipócrita y malsana, mediante drogas que te hagan alcanzar el subconsciente y por tanto la capacidad de comunicar en directo, al margen de las consignas mediáticas del Sistema.

Para ser genial hay que pagar un precio. A veces demasiado alto. Pero lo más jodido es que te den por muerto. Antes de estarlo. Simplemente porque no formas parte del conjunto sociológico de tu especie. Simplemente porque no deseas formar parte de él. Simplemente porque prefieres volar y ver cómo se mece tu cadáver en el puto río de los espaldas mojadas, de los aventureros que sueñan con llegar impolutos al mar.

Salud y buen viaje...