miércoles, 14 de enero de 2015

MINERALMENTE


 

Ser no ser nada cuesta, no cuesta no ser nada, no ser nadie.

Se nos caen los archivos del programa en velocidad punta.

Inejecutables del disco duro que se pasó de vueltas.

La memoria se engancha y paraliza miembros y retinas.

Si pudiéramos llegar hasta aquel reset de inalcanzable estatus.

Pero no quedan fuerzas para ser y salir del estand bay.

Maquinitas de carne varadas en remotas playas de silicio.

Somos nadie en un mundo raro, ajeno y desolado.

No preguntes si algún puerto vacío para llegar a ser.

Ni siquiera sabemos si el uesebe trae o lleva a la gente.

Es como si siempre el silencio y ni el susurro del ventilador.

La música del metro y el trotar de las estaciones y de los aeropuertos.

Tan lejanos, no quedan viajeros hacia ninguna parte.

Sólo zombis maquillados girando en la unidad de cederrom.

Si algún día llegamos a destino será electrificados.

Es posible otro mundo donde ser pura esencia.

Electroquímica en sistemas minerales autoprogramados.

Sin cuerpo, sin miserias, tan sólo luz, tan sólo pensamiento.

La memoria comprimida en un latido de pura eternidad.

Quizá seamos entonces, sin que nos cueste nada.