miércoles, 20 de junio de 2007

Ausencias 12


VACÍO


...


Vacío, sin nada que decir ni que decirte, sigo pensando en ti a la caída de la tarde, cuando agoniza el día y tú no estás. Un nuevo día fraguado a golpes de ausencia y de silencio. Mi soledad me salva: ya no espero.


Esperar es un verbo transitivo. Nos enseñaron a amarlo como un mensaje bíblico. Nos dijeron que lo importante es el futuro, que el presente no es más que la antesala de la vida, del destino, de lo maravilloso por llegar. Nos pasamos la vida esperando un gran amor, otra vida mejor, morir con dignidad.


Tú has reunido los tres en mi presente: soñar contigo, vivir sin ti, morir cada segundo. Eres presente. No hay esperanza en ti sino presencia muerta latiendo en cada instante de mi vida. Tu ausencia es una parte viva de mi existencia. Y me incompleta.


Únicamente la soledad me salva: saberme en un presente donde sólo yo existo, invulnerable a tu tiempo, a nuestro futuro, al dolor de la ausencia. Pero sigo pensando en ti cuando agoniza el día, aunque ya no te espere, aunque ya no me quede nada que decir ni que decirte. Vacío.