JUEGOS DE SOLEDAD
...
Niña de luz y de sombra,
de ternura y desamor,
no permitas que las penas
invadan tu corazón,
las lágrimas en tus ojos
te impedirán ver el Sol.
Aún queda mucha luz :
mira la negra noche
salpicada de estrellas,
mira ese puro amarillo
de abrasadora luz;
siente qué hondas raíces
te sujetan
al centro de
al fondo de ese abismo
oscuro e insondable
donde sin embargo
la semilla es también brasa
y germina en la luz.
Resulta fácil y atractivo
dejarse seducir por el abismo
y buscar en el vértigo
la necesaria convicción
de estar aún vivos,
juegos de soledad:
caballos desbocados
galopando tus venas,
usurpando un espacio
destinado al amor;
rosas negras
en campos solitarios
se ofrecen como amargas
sacerdotisas del infierno;
rosas negras
en campos labrados
por las dudas,
abonados por el miedo,
quizás miedo a volar
a solas con tus alas,
tal vez miedo a sentir,
miedo a sentirte,
a ser al fin tú misma.
Mírate, tócate,
escucha los latidos
de tu propio corazón...
estás viva, vivísima
y tan sólo el amor
puede salvarte,
tu amor,
tu propio amor,
el amor a ti misma.