miércoles, 30 de enero de 2008

hermann hesse dixit


Ningún yo, ni siquiera el más sencillo, es una unidad, sino un mundo profundamente diversificado, un pequeño firmamento, un caos de formas, escalas y situaciones, de herencias y posibilidades.

El hecho de que cada individuo pretenda ver este caos como una unidad y hable de su yo como un fenómeno sencillo, firmemente formado, claramente delimitado, es un engaño corriente en todos los hombres y parece ser una necesidad, una exigencia de la vida.