lunes, 14 de enero de 2008

SOBRE LA SEDUCCIÓN



SOBRE LA SEDUCCIÓN


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Por medio de la seducción se establece una relación erótica entre dos sujetos. Dicha relación lleva implícita una carga de dominación que el seductor ejerce sobre el seducido. Si éste acepta el juego y la seducción se consuma como hecho, asumirá al hacerlo el papel de esclavo, dentro del binomio amoroso esclavo-amo.


El sujeto seducido siempre es una persona, pero el amo no necesariamente. Existen tantos tipos de seducción como de dominación. El poder, el dinero, las drogas, la televisión, etc. son formas impersonales de seductor mucho más poderosas que el arquetipo humano. No ha de extrañarnos, porque son representaciones sublimadas del mismo: se utilizan para rellenar el vacío erótico.


De entre todas las manifestaciones de seducción subliminales, sólo unas pocas gozan de prestigio y son masivamente aceptadas por la sociedad: aquéllas en que el binomio esclavo-amo no conlleva una finalidad en sí mismo, sino permite un intercambio de papeles o, al menos, una esperanza de que la permuta sea posible.


Un hombre es seducido por el dinero o el poder, es decir, se convierte en su esclavo, con la esperanza de ejercer el poder que cualquiera de los dos le brinda- actuar como amo- en un futuro que verá más próximo cuanto más se esclavice a esa relación en un principio.


Esto no ocurre con las drogas o la televisión. Con éstas la única manera de abandonar el papel de esclavo es destruir la relación erótica. Cuanto más nos dejamos seducir por ellas, más difícil resulta encontrar una salida, al contrario que con las otras.


El poder y el dinero han estado siempre ligados al sexo y al erotismo porque todos ellos ofrecen esa posibilidad de permuta. Las drogas y la televisión, en cambio, son verdaderos antídotos para el sexo.


Por lo general, don Juan termina al poco tiempo transformado en esclavo. Como no le gusta ese papel, necesitará buscar una nueva relación. No obstante, mientras fue amo disfrutó como un loco. Que le quiten lo bailado.