Las luces se van apagando,
las voces se van extinguiendo...
en un mundo de ciegos y de sordos
nadie necesita la luz ni la palabra.
...
Para quién, pues,
el sol de la mañana,
para quién el grito de la Vida,
para quién... mi sonrisa.
...
Entre muros de silencio
vagaré eternamente,
de salón en salón,
de teatro en teatro,
junto a oscuros comediantes
de enmascarado rostro,
de uniforme guión
sobre único escenario.
...
Compartiré con ellos la agonía:
nos veremos caer,
sobre mullida alfombra,
el rostro descompuesto
en una mueca de hastío,
de incertidumbre... de miedo.