lunes, 25 de febrero de 2008

UNA DE VAQUEROS


EN “EL PAÍS” (15-02-08)




AL MENOS SEIS MUERTOS EN UN TIROTEO EN UNA UNIVERSIDAD DE CHICAGO




El tirador, que portaba una pistola y una escopeta, se quitó la vida después de abrir fuego en un salón con 70 estudiantes.



AGENCIAS - Chicago - 15/02/2008


Los médicos evacúan a una de las víctimas del tiroteo- AP


El debate sobre la violencia y el control de armas volverá a instalarse en la sociedad estadounidense después del último tiroteo con muertos registrado anoche en la Universidad Norte de Illinois, en Delkab, localidad a unos 100 kilómetros de Chicago. Un joven vestido de negro y armado con un rifle y dos pistolas entró en el Auditorio Cole de la universidad, según los testigos. Se dirigió a una de las aulas, en la que se estaba dando una clase de Geología y comenzó a disparar a los 140 alumnos reunidos en las gradas, informa David Alandete. El autor de los disparos se suicidió al ser acorralado por la policía.



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Fuentes policiales revelaron entrada la madrugada que era un alumno matriculado en un centro universitario distinto. Los agentes lograron identificarle poco después de que pusiera fin a su vida, pero prefirieron mantener el nombre en secreto hasta que finalice la investigación. Los 17 heridos fueron trasladados a un centro hospitalario.


La policía del campus confirmó que a las tres en punto de la tarde (las nueve de la noche hora peninsular), el asesino apareció de detrás de una pantalla de proyecciones que se emplea para dar la clase. Sin mediar palabra, hizo 30 disparos contra los alumnos, y alcanzó a 22 de ellos, aunque sólo a 17 de consideración. Cuatro fallecieron prácticamente en el acto.


Escenas de pánico


Katie Wagner, una estudiante de la universidad, ha dicho a la cadena de televisión CBS que en el salón de conferencias había unos 70 alumnos cuando se inició la agresión. "El hombre entró por una puerta lateral y comenzó a disparar", ha señalado. Wagner ha descrito al agresor como un hombre blanco, alto y delgado. Varios testigos aseguran que algunas víctimas fueron tiroteadas por la espalda.


Una mujer que estaba fuera de la clase cuando se desencadenó el trágico suceso pudo ver cómo los estudiantes huían de la escena precipitadamente en medio del pánico. "Un chaval nos advirtió de que alguien estaba disparando", ha dicho.


Dominique Broxton, otra estudiante, relató al diario The Chicago Tribune que vio a dos de sus compañeros heridos cuando eran sacados del lugar en una ambulancia."No los conozco, pero vi mucha sangre", dijo, en estado de shock.


La universidad atacada está en la localidad de Dekalb, a unos 100 kilómetros al oeste de Chicago y cuenta con 25.000 estudiantes inscritos. Las autoridades universitarias han cancelado todas las actividades lectivas de la noche y han ordenado a los alumnos que no concurran mañana a clases.



Tiroteos


El de hoy ha sido el cuarto incidente de este tipo ocurrido en un establecimiento educativo de Estados Unidos en una semana. El viernes pasado una universitaria mató a dos compañeros antes de suicidarse en el Instituto Politécnico de Baton Rouge, en el estado sureño de Luisiana.


El lunes pasado un estudiante de 17 años hirió gravemente a un compañero durante una clase de gimnasia en un establecimiento secundario de Tennesse.


Por último un estudiante de 15 años fue declarado con muerte cerebral tras ser tiroteado en un centro de Secundaria en Oxnard, en California.





COMENTARIO



“Algo huele a podrido en Dinamarca”.


Si juntamos estos casos -relativamente frecuentes dada su gravedad- con los elevados índices de suicidio y criminalidad fuera de las aulas, muy especialmente entre jóvenes provenientes de los frentes bélicos instaurados en Oriente Medio -unos 6000 suicidados al retorno, hechos públicos el año pasado- llegaremos con facilidad a concluir que ese país necesita asistencia psicológica urgente.


La salud mental de la juventud es un marcador fundamental de la salud pública de un país y de la validez de su modelo de convivencia en la generación de estabilidad emocional. Un país donde la gente se mata sola o se tirotean entre ellos, no es solamente un país armado, sino también un país desquiciado.


Existe un sentimiento de culpa muy fuerte en un sector cada vez más preocupado y extendido de la sociedad norteamericana a causa de su política exterior, bélica, depredadora y deshumanizada, y también, como no, a causa de su política interior, racista, desconsiderada y desintegradora con los colectivos tradicionalmente marginados -pobres, negros, hispanos, "perdedores" expulsados del paraíso, del american way on life que nos siguen vendiendo desde Hollywood-. Ese sentimiento degenera en unos niveles de autoestima, personal y "patriótica", muy por debajo de los necesarios para afrontar la propia vida, la vida real, y respetar un mínimo la ajena.


Los imperios se desmoronan siempre desde dentro, y los indicadores que proporciona la opulenta e irrespetuosa sociedad estadounidense no son precisamente los de un país ejemplar como pretende, exportador de sublimes democracias y valores cristianos fundamentales.


Esperemos que tanta hipocresía no nos salpique de sangre por aquí de nuevo, y vayamos pensando en crear lazos culturales y económicos con un entorno más sano y próspero en aspiraciones de paz, justicia social y mera humanidad.


Ya pedirán ayuda cuando se queden solos y comiencen a comerse unos a otros.


Salud, y salud mental…