domingo, 3 de febrero de 2008

POR LOS VIEJOS TIEMPOS

POR LOS VIEJOS TIEMPOS

...

Yo, que recorrí sendas solidarias

sobre asturcones de utópico galope;

que concebí el amor

tal un alisio suave,

portador de una luz universal

iluminando a seres como dioses

de entrelazados sueños

en fraternal abrazo.

...

Yo, que deposité en ellos mi esperanza,

fui testigo de cómo se alejaban:

a hurtadillas, acelerando el paso,

de desencanto turbia la mirada

y un anidar de cosas en sus manos.

...

Ya todo fue distinto desde entonces:

Sólo el viento recorre ahora las calles

arrastrando las hojas de los sauces,

sinfonía otoñal en do de ayes

para un coro de ocultos viandantes.

...

Enmudecidos albas en bocas atrapadas

donde antes imperaba la voz y la palabra.

...

Atardeceres como losas de marmórea inquietud

pavimentando cielos de nimbadas promesas.

...

Silenciosas alcobas de resignada sombra

albergando nocturnos de ensoñaciones rotas:

donde se reflejaba la luna hasta la aurora

en fértiles lagunas de amor y luz, ahora,

cerrada la ventana por donde penetraba

mágicamente hermosa la esfera plateada,

sólo ciénagas son aquellos humedales,

pantanos de traición que enredan los andares.

...

Voces sordas en parajes umbríos,

enarcadas miradas de vasta incomprensión,

retorcidos silencios de complicidad sórdida,

repliegues estratégicos hacia ornadas vitrinas,

estanqueidad, silencio, soledad compartida

y un repique de fondo, grosera melodía,

animando a los hombres a vaciar sus vidas.

...

El mundo fue distinto, no te miento...

no es que lo viera yo con otros ojos.

Es cierto: aún no pesaba el tiempo,

la inocencia impulsaba impoluta los sueños,

pero el mundo era amable, el sentir era intenso,

la mañana mostraba los espacios abiertos,

las estrellas brillaban cada noche en el cielo...

era la lucha amor... era la vida fuego...

...

Quizá lo haya soñado, pero aun así, fue cierto.