Olores recatados,
asépticos olores
de enmarañados cuerpos
serpenteando calles.
Sonrisas contenidas,
higiénicas sonrisas
esparcen con su leve aleteo
un aroma festivo
bajo pálidas luces.
Piernas envainadas
en nylon de colores
sostienen voluptuosas
prominentes traseros
con un mágico ritmo
de sinuosa marcha.
Saludos, devaneos,
guiños y miradas
salpican a la bestia
de cromáticas escamas.
Se arrastra, calle arriba,
firme sobre el asfalto,
con su regio porte
de origen milenario
devorando tristezas
y furtivos rencores
de necio desencanto.
...
Ruge la bestia
al compás de altavoces
de notas estridentes
invitando a la Fiesta,
anunciando la hora
en que los sueños
se visten de colores
para aplacar
la ira de las sombras.