NADIE
Cada día me encuentro más con Nadie.
...
Y es que Nadie se asoma a todos los balcones,
me acecha en las esquinas y portales,
entre la multitud, a pleno sol,
u oculto en la penumbra de los bares,
como una sombra más huyendo de la luz
que el tímido neón inyecta al aire.
Dónde están los demás,
sempiternos colegas, amigos de la acracia
que conmigo brindaban, parece que fue ayer,
junto a esta barra hoy triste y solitaria,
por mantener con vida la palabra
sobre los tajos, sobre las calles viva,
sobre la piel, la sangre... sobre las utopías.
Sólo Nadie acompaña mi brindis de nostalgia.