martes, 3 de julio de 2007

Ausencias 13




ALA EN EL VIENTO









Te fuiste sin llegar, como ola tempestuosa izada en medio de la mar, que no alcanzó la arena. De ti, todo lo sé: eres la Luz, ¿qué más he de saber? Hundiste mi navío, golpe de mar, relámpago de furia y mar adentro, al pairo, me dejaste, sobre ligera balsa que el viento besa y lleva hacia la orilla de tu sueño, más allá del ardiente crepúsculo, donde la mar ensancha el útero y pare navegantes de esperanzado exilio.



Náufrago de tu piel, recorro tu cintura en círculos concéntricos, espiral de deseo, torbellino que me arrastra y un día ha de tragarme hasta lo más profundo de tus aguas. Allí te beberé, de encendida pasión el rojo llameando en tu mirada, hasta saciar mi sed en la agonía convulsa de tu voz, espuela aérea del amor en mis entrañas.



La esencia del amor es una sola, liberada de las leyes del tiempo y la geografía de los cuerpos. Impone sus tiránicos designios hasta la esclavitud de sus siervos, hasta el eclipse total de la razón, hasta alejarse por completo de convencionalismos que la moral vigente ordena en cada época, hasta llegar a ser, sin más, ala en el viento.



Vuela alto, hasta alcanzar el espejo de mi rostro y mírate: tus ojos fondeados como barcos de papel en el estanque azul de mi mirada. Derrama tu luz sobre mi ser, abrásame de luz y duérmete después entre mis brazos, furiosa ola de amor sobre la arena.