martes, 3 de julio de 2007

TRAS LA MURALLA

Cómo llenar sin gritos los silencios, 
cómo finar sin ira la mentira,
cómo olvidar los labios apretados
reprimiendo expresar lo que sentían.




Les llegará la luz de un nuevo día
en que todas las bocas se abrirán,
vomitarán sus voces contenidas
y asolarán tu dulce bienestar.



Reventarán los tímpanos sagrados 
de quienes siempre fueron escuchados,
arriarán con furia desatada
la bandera del Bien y la Verdad,
estandarte de endiablados dioses
que ni quieren ni saben escuchar.




No reproches el tono de su voz
ni tampoco la cólera en sus ojos:
son mendigos de pan, vida y amor
cansados de cargar con tus despojos,
cansados de ser cumbre del dolor,
monopolio del hambre y la miseria,
sordidez marginal de la materia,
submundo oscuro, olvido y desamor.




damego