martes, 10 de julio de 2007

Ausencias 14



ESPEJOS

...
Tengo más almas que una.
Hay más yos que yo mismo.
No obstante, existo.
Indiferente a todos,
los hago callar: yo hablo.
(Pessoa)

...



No gustaba de mirarse en los espejos. Siempre le habían devuelto una imagen absurda y mentirosa. ¿Ésa era realmente ella?... Los odiaba, cualquier tipo de espejo, incluso aquellos que miraban a su vez desde otros ojos. Estos eran los peores. Perversamente inquisidores, parecían reclamar un reflejo imposible: murmuradores, impíos, con su silencio canalla gritando un nombre diferente o su sonrisa irónica presumiendo la contemplación de una geografía del cuerpo inesperada. Dalia, se llamaba desde los dieciocho. Hasta entonces había sido Jorge.