jueves, 8 de mayo de 2008

CONCIENCIAS

La conciencia del ser es un ser sin conciencia.

Instinto puro, química de diseño cromosomático, incapaz de reflexión ni objetivación, recibe los impactos subliminales de mercaderes y manipuladores mediáticos, políticos y religiosos, sin defensa posible.

Su única posibilidad de cambio es llegar a no ser, dejar de ser conciencia comprimiendo a su ser.

Toda reflexión del ser humano pasa necesariamente por librarse de su propia conciencia, espejo distorsionador del ser que lo fija a su propia mirada y le impide proponerse a sí mismo como motor de cambios y como ser cambiante en constante movimiento y evolución.

No podremos avanzar hacia un futuro laico y activamente democrático, desprovisto de supersticiones y metas presupuestas, si no somos capaces de acallar la conciencia de nuestro ser, ese ser sin conciencia, autoritario, demente y de mala fe creada para sí, para conservación de una especie a la que paraliza desde la configuración de un material génico que impide al ser fundamental y único crecer y derivar hacia una especie superior en sabiduría y felicidad, en actitudes y metas para su real supervivencia, para la preservación futura de su especie.