sábado, 3 de mayo de 2008

damego dixit

El ateo mata a ese dios que habita en su interior y se erige en dueño y señor de su propio ser. Se alza libre de él y de todos los temores doctrinales que por tradición le habían inculcado durante su formación sociocultural.

El ateísmo ha estado ligado con frecuencia al concepto de acracia porque ambos poseen idéntico significado: la liberación de cualquier poder, de cualquier dependencia, de toda esclavitud. En este caso un poder sobrenatural, totalitario, absolutista.

El ateísmo nos hace libres y verdaderamente responsables de nuestros actos y de nuestros destinos, pues ambos dejan de estar en manos de una divinidad ineluctable.