jueves, 3 de mayo de 2007

Ausencias 4


DESDE TU LIBERTAD


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Pájaro de alas rotas, soñaste que ser libre es remontar el vuelo sin atadura alguna y alejarse en el aire infinito de un claro amanecer. Te cegó el nuevo sol. Vagaste sin timón, empujado por la brisa templada del oriente a parajes exóticos, jamás imaginados desde la tierra firme de ocultos horizontes.


Siempre tuviste miedo a las alturas, jamás te encaramaste a la rama de un árbol, temías la caída. Apegado a la tierra, arrastrando tus plumas a veces por la hierba, a veces por el barro, llegaste un día al borde de aquel acantilado. Para entonces eras ya negro tibio, como de frágil sombra. Te quedaste a vivir al borde del abismo, sobre los arrecifes que fueron de coral un olvidado día. Aguardabas tenazmente, con precisión saética la salida del sol y acurrucado dabas gracias a un dios desconocido por el ardiente rojo de un cielo promisor : un nuevo día. Ya no esperabas más.


Pájaro de alas rotas, te sedujo el abismo, la atracción irresistible del vacío reclamando a diario el batir de tus alas. Te creíste capaz de dominar el viento, aquel que te traía los cantos de sirena desde el cercano mar de rocas coralinas. Y una mañana te dejaste empujar por la brisa, hacia el oriente, donde nace la luz.


Las profundas raíces que te unían a la tierra desgarraron tus alas. Pájaro de alas rotas, olvidaste la tierra, te cegó el nuevo sol. Quedaste a la deriva, obligado a vagar sin rumbo, a la deriva, arrastrado por el viento de un crepúsculo al otro hasta la última puesta, hasta tu caída final sobre los arrecifes que fueron de coral un olvidado día.