NAUFRAGIOS
...
Presiento tu naufragio en mi respiración,
árido mundo, tanto mentirnos un amor
aprisionado en cárceles de carne,
negar el tiempo es negar el olvido,
la desmemoria al menos
de una época feliz a vuelo libre,
de una pasión ya extinta, amortajada.
Tan sólo queda el poso: una amistad.
Compañeros que fuimos media vida,
cómo no conservar en la memoria
los restos del naufragio presentido,
jamás podré decirte adiós
ni ofrecerte mi espalda.
En mi respiración, árido mundo,
quizás venga otra boca a naufragar de nuevo
y en nuevas bocas verteremos saliva
y restos de naufragios y aguijones
y una pasión cercana a la locura
y aguardaremos todos el naufragio final,
aquél, el de las bocas cercenadas,
el del último aliento,
el por encima de todos presentido.