miércoles, 2 de mayo de 2007

VIRUS


VIRUS


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Llegaron como un virus: de invisible presencia disfrazados. Lucharon por una causa justa: un nuevo mundo, sobrevivir. Llegaron, colonizaron, se instalaron de manera eficaz sobre sus propias excrecencias. Todo lo que fueron capaces de corromper, devorar, aniquilar les sirvió de cimientos para formar su hogar.


Venían de un lugar donde la noche acampa sobre la necesaria labor de hacerse un hombre, a la luz del estío tras una primavera de fe y de piedad. No tuvieron color los juegos de su infancia. Su adolescencia un juego de aprender a matar.


Y como niños, ferozmente inocentes, corrompieron, devoraron, aniquilaron, copularon y se multiplicaron. Crearon un Gran País. Apuntalaron, sobre fronterizos cadáveres tras duelo fratricida, un ramillete de estrellas sobre un pedazo de trapo ensangrentado, sangre línea recta de abominable urgencia. Buscaron la eficacia, como un virus. Se instalaron, rápidos y seguros, fortificados en el vórtice de la pirámide y desde allí dejaron rodar sus excrecencias, reguero fácil, hasta los moradores de los Barrios Bajos.


Iluminados alquimistas, convirtieron en oro todo lo que cayó en sus manos: petróleo, germanio, silicio, uranio... Habitantes de un mundo que adoraba el dinero, su poder fue creciendo a la par que su avaricia fue un himno a propagar. Mutaciones alménicas, inexpugnables muros, sofisticadas armas... se hicieron invencibles, como un virus mortal.


Como un virus mortal infectaron la tierra, el agua, el aire y se erigieron dueños y señores del fuego, su único enemigo potencial. Infectaron la Vida. Contaminaron hígados, pulmones, corazones... sobre todo cerebros: levantaron la idea del Pensamiento Único en la Aldea Global. El pensamiento, el suyo, más vale quien más tiene, depredador asfáltico, jugar para ganar. La aldea un territorio por ellos conquistado, vasallaje absoluto, sumisión planetaria, un único destino universal... Llegaron como un virus: de invisible presencia su disfraz...