miércoles, 1 de agosto de 2007

EL GUERRERO



EL GUERRERO




Yo soy el guerrero y también puedo ser el pecho del reposo y el brazo de la seguridad.


Puedo conquistar por ti cien playas, sus aldeas, sus gentes, hasta que mane de mi mano su sangre y por mi sangre corra la huella de sus manos.


Puedo ser tu reposo en la batalla, tras la batalla, después de cada zanja en el camino, después de cada esquina que se acabó la calle y porqué se acabó y ahora hacia dónde.


Puedo ser un seguro para tu hambre, para tu frío, para tu despertar y el de tus hijos si es preciso en cada amanecer.


Puedo ser brazo y pecho y reposo y seguro, pero déjame ser también guerrero porque si no el brazo se quiebra, el pecho se hunde, las playas son traidores cenagales, la sangre se coagula en las arterias y la mano del hombre deja de hollar la piel.